La mirada de tu madre es tu visión del mundo
Tómate un minuto.
Cierra los ojos.
Imagínate en el medio de una planicie vacía.
En frente tuyo, a unos metros de distancia, está sólo tu madre.
Y ella te mira.
Cómo te mira?
Siente su mirada.
Regístrala.
Esa mirada que acabas de imaginarte es el filtro a través del cual ves al mundo.
A un nivel muy profundo la Madre es lo mismo que la Vida o la Realidad.
Si tu madre te mira severa sentirás que el mundo es exigente y duro.
Si te mira con desaprobación sentirás que vas por el mundo equivocándote siempre.
Si la ves indiferente sentirás que no vales lo suficiente.
Si te mira como a un niño pequeño sentirás que tú solo no puedes.
Si estás en lucha con ella, tu vida te parecerá una lucha.
En cambio si te mira con admiración irás confiado por el mundo.
Date cuenta de como sientes esa mirada porque te darás cuenta de que tu percepción de la realidad siempre pasó por un filtro.
Y si este filtro cambia tu realidad también cambiará.
Cuánto es importante la madre: nuestra conexión con la vida, lo más cercano a Dios que existe!
Pero no pienses que tu madre es responsable de todo: esta sería una creencia infantil.
La mirada que sientes es una idea que incorporaste:
es tan sólo una percepción interior de tu madre.
No es ella.
Es tu relato personal, no es la verdad.
No es raro descubrir a través de las constelaciones que la verdadera mirada de la madre es muy diferente de lo que uno se imagina.
Observa su mirada real.
Y si hace falta mira como esa se modifica al cambiar tu actitud o tu posición hacia tu mamá.
Sal de tu relato y mira la realidad sin filtros infantiles.
Algunos milagros son muy simples de experimentar.
Experimenta la constelación familiar y pon orden en tu mundo interior.
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