Imagínense un pasillo de 22 puertas: 11 a la izquierda y 11 a la derecha.
En cada puerta está colgada una carta del tarot.
Al principio del pasillo se encuentra una señora sentada en una mesita.
"Haz tu pregunta" te dice.
Y en ese momento tienes que preguntar algo sobre ti, sobre tu situación, sobre tu pasado... sobre tu vida.
Ella te saca, al azar, 3 cartas: 3 arcanos mayores.
Ahora empieza el juego... En el orden que te han salido deberás entrar cada una de las 3 puertas correspondientes a las 3 cartas que, por casualidad, te han tocado.
Al abrir cada una de estas puertas se te abre un laberinto... un viaje oscuro y misterioso, mágico, compuesto de muchas etapas donde aparecen de manera teatral y escenográfica, todas las fuerzas arquetipales del arcano que corresponde a aquel laberinto específico.
Y no será "una sola lectura"... si te sale el arcano XVIII, por ejemplo, La Luna, no te va a aparecer solo una visión, sino todas las posibles interpretaciones de esta carta: la diosa originaria, la madre, la poesia, la locura, lo inconsciente, lo misterioso, los ciclos de la naturaleza, la inspiración, la intuición... todo! Etapa por etapa, deberás enfrentarte a todas las interpretaciones que tu lectura-teatral te ha llamado a vivenciar.
Así tu viaje simbólico en el tarot adquirirá un valor de experiencia vivida, de enfrentamento físico, de mundo que te rodea y te rapta de tu racionalidad.
Acabado el viaje en tus 3 cartas... pasas finalmente a la última sala donde un señor, en la sombra, te dice con breves frases, la lectura final de las 3 cartas conjuntas.
Y ahora la representación se acaba... pero el viaje dentro de ti comienza...
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