Esta franja se puede extender de un lado a otro de una bahía o de un estrecho (entre una costa e una isla, por ejemplo, o entre la costa y una sólida plataforma artificial); la cosa importante es que cubra una porción de mar suficientemente extensa.
La franja está compuesta de flotadores en filas los unos unidos a los otros por barras metálicas.
La idea es traer provecho del movimiento constante de las olas del mar que levantan y bajan los objetos que flotan en su superficie en momentos diferentes en cada lugar.
Si imaginamos un mar con sus ondas será fácil visualizar el movimiento que una franja de flotadores de este tipo iría a tener: cada flotador estaría continuamente cambiando de posición relativa con respecto a los flotadores que se encuentran al rededor. Este movimiento estaría capturado por pequeñas turbinas-dínamo (tipo aquellas de las luces de las bicicletas, digamos...) gracias a la rotación de las barras metálicas de conjunción entre flotadores.
En definitiva cada barra sería como una palanca que constantemente se levanta y baja; de este movimiento, la energía.
Una complementación interesante podría ser poner un dispositivo a muelle para capturar la energía de las tensiones longitudinales a la franja energética: cada vez que las corrientes empujen el conjunto de los flotadores más por un lado o por otro, la variación de largura de las barras sería utilizada para producir energía extra.
En fin, se trata simplemente de una fuente de energía ilimitada y de relativamente pequeño impacto ambiental.
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